domingo, 21 de abril de 2013

Sí se puede…

Aunque en la entrada anterior la loaba, todo cansa y ya andaba un tanto harto de la mioca. Lo de rememorar los orígenes está bien, pero a mi ya me  empezaba a aburrir esta técnica. Cuando ya la he utilizado y pescado con ella unos cuantos días, ya no me motiva tanto ni me empuja cara al río, me resulta repetitiva ya en su conjunto. Es por ello que dos tardes que sí podía ir hasta el río, una la dediqué a una sesión de montaje, y otra a otro tipo de cañas. Además para acabar de rizar el rizo el sábado pasado partí mi caña “tuneada a mi manera” y tuve que pescar estos días con una de acción “bolognese” que, para mi significa que dobla como un chicle y no me encuentro cómodo pescando con ella . Decididamente no me gusta en acción de pesca.

DSC03348El caso es que una semana con el anticiclón puesto y con un sol primaveral que atempera el ambiente, hace explotar un esplendor primaveral en plantas y animales, engalanando ya los cauces con los vuelos de efémeras y tricópteros. Hizo asimismo que los ríos bajasen el caudal que días atrás acariciaba el borde de las tierras aledañas al río; que aclararan las aguas y que empezaran a dibujarse en el cauce posturas donde es probable que una trucha esté aposturada a la espera de una ninfa para llevarse a la boca. Ya se dejan pescar, no con comodidad, pero sí se puede…

Aprovechando que mi familia tenía compromisos a primera hora de la tarde, comimos temprano lo que me permitió llegar al río sobre las tres y media… y estaba alto pero bonito, y ya sin las polarizadas se veían los cantos rodados. Hoy era día de pescar a mosca. Hoy no era como en marzo que con río muy alto puse las ninfas por obligación con nulo resultado. Nada más ponerme el vadeador, el mismo de días atrás, la sensación era diferente; hoy soy mosquero.

Había otro motivo un poco especial… hace una semana me llegó una Flextec Streamtec 10’ de línea cuatro, –no, no es aquella que le dediqué un articulo anteriormente, esa es línea tres- conseguida bastante barata en una subasta en Ebay. Tenía también ganas de testar su comportamiento. Y las moscas, hechas con tanto mimo y rellenas de esperanza; de comprobar sí el peso de la bola era el correcto o no, en definitiva, la sensación de primer día de colegio, pero de cuando deseamos reencontrarnos con los amigos, de comenzar.

Y para el río ya

Tanta ansia que una vez cambiado, até tres ninfas, abajo la negra en un 14, una pheasant tail en un 16 y un palmo mas arriba una gasolina en un 18, y al primer lance aguas arriba… clavo una truchuca de unos 15 cm, que sale volando y se pierde a unos escasos dos metros de donde tengo los pies. En la misma postura revuelco otra y tengo dos picadas más. Primera sensación de la caña, es más blanda que la Xp pero se defiende de sobra con las tres ninfas, las pongo donde quiero. Eso sí, le cuesta más despegar las truchas que la referida Xp.

Lo malo de encontrarnos en un tramo de río que no conozco es que he tenido que bajar caminando y buscando posturas. DSC03345Lo positivo, el tramo en cuestión está circunvalado por un paseo con lo cual, el caminar río abajo observando dónde podía pescar lo hice con una tremenda comodidad. No era un chalkstream pero es muy fácil acceder a las distintas zonas de pesca. Como siempre y después de pescar un pozo del que obtengo varias picadas sin captura, voy viendo que para variar, no es que tenga mejor pinta la orilla contraria, es que por la que voy no se puede pescar. Encuentro un puente y cruzo y comienzo a subir, despacio, dejando derivar las ninfas hasta las ventanas que se abren en el cauce que nos indican que la velocidad del agua amaina en ese punto. Y ahí es donde voy obteniendo las picadas y las capturas, no son de gran tamaño, pero sí me sirven para comprobar que la caña sujeta bien los peces. Flexiona lo justo y los mantiene bien. Mantuve dos peces contra la corriente jugando con ellos y aún haciendo las cosas mal adrede no perdí las piezas.

Y el céntimo que nos faltaba para el euro

El tramo en cuestión tiene un pero, que tiene una fantástica cobertura de móvil a pesar de ser casi una garganta. Suena el móvil, atiendo la llamada y al retornar al río me quedo corto con lo que necesito un metro más allá las ninfas para llegar a la postura, me recoloco, me resbala el pie que se va hacia el centro del río y culada. ¡ya está! ¡ya nos ha bautizado la temporada! Primera caída al río. No ha sido mucho. Me pongo en pie rápidamente, pero es como un premio de la tómbola, sabes que algo te ha tocado pero no sabes todavía si es mucho o poco. Unos segundos más tarde comienzo a sentir esa sensación nada placentera del agua cabalgando en pos de los calcetines, deteniéndose un momento ante el cinturón para a continuación atacar por los flancos, afectando de soslayo ciertas partes pudorosas y la prenda que las cobija, y que por ende hará incómodo el caminar. Mientras el grueso de la intrusión acuática a lo suyo, conquistando sin remedio los calcetines.

DSC03350Pues de mojados… al río de nuevo. Estoy cerca del coche y quedan unas cuantas posturas, que alguna trucha más va saliendo aunque de pequeño tamaño, entre ellas el “monstruo” de la imagen, que casi es mas grande la ninfa del 14 que la captura..

Al final buena tarde de pesca, reencuentro con esa esencia de mosquero, con muchas sensaciones, buenas y malas, de ir cogiendo el tiento, de nuestra sapiencia que ha vuelto para crecer un poco más esta temporada . Sólo resta otra faceta, que mañana acudirá a su cita, la pesca en compañia de los colegas, con comentario de los lances,  de chanzas de ver pescar al amigo y el ansia de no ser menos que mi compañero.

 

DSC03354 

Pero lo importante es que ya si se puede… pescar a mosca

sábado, 6 de abril de 2013

Cuando el río suena…

No para de llover. Según he oído en la radio acabamos de dejar atrás el mes de marzo con más precipitaciones desde el año 1947, lo que hace que los ríos vayan henchidos, con una corriente de agua como hacía años que no se veía.

DSC03291 Agua que es vida, agua que hace que tenga el río un murmullo que apaga ruidos de la civilización, hace que no se oiga el rumor de la autovía lejana y sí la música del rabión que comienza en la presa. Agua limpiadora de los desmanes humanos, que en forma de espumas cubren los bordes de los remansos y portadora del ciclo natural de vida y muerte de la vegetación de ribera, como la plaga de nuestros abineiros que, muertos y secos navegaban en las crecidas como barcos fantasmas hasta varar en alguna presaDSC03289.DSC03287

 

Agua que remueve  las raíces secas de los árboles muertos, erosionando la tierra y que conformará una nueva línea de ribera que será colonizada por otras especies vegetales o nuevos miembros de la flora existente.

Al fin y al cabo, me alegra ver así nuestra cuenca hídrica en el mes de marzo y abril, no al escuálido cauce del año pasado, que sí, para pescar a mosca era caudal ideal, pero no era lo que los ríos demandaban. Ver la lámina de agua que anega los prados aledaños, que los cubre durante jornadas enteras, mientras el centro del cauce semeja un punto inaccesible a nuestros señuelos e imposible para que un pez pueda encontrarse cómodo me produce la misma sensación que cuando veo madurar mis cerezas, no sirve aún pero lo que me espera puede ser aún mejor. También y pensando especialmente en el salmón hay agua de sobra para que los zancados puedan bajar al mar con comodidad, sin acumularse como hace unos años en la presa de Piago Maior y otros puntos similares de los cauces salmoneros, y que a su vez los vernales y abrileños puedan subir a los pozos superiores.

Agua benefactora, que engorde los manantiales, y que nos sostenga a los ríos durante el estío con más porte del que presentaban estos años

 

¿y los mosqueros?

Utilizando un símil los mosqueros ahora mismo somos como los abineiros, arrastrados por el agua y depositados donde el cauce del río nos conduzca. Los más optimistas , intentando de modo terco encontrar un remanso donde se pueda tirar nuestras ninfas con la esperanza de buscar la compasión de una trucha despistada, o intentar la siempre arrinconada pesca con el estrímer; los más prácticos, quedándose en casa, rellenando las cajas con las moscas que cubrirán el resto de temporada.

A mí se me abre una nueva vía, que no es que esté muy bien vista por el colectivo “mosquero”, pero que a mí me gusta y me llena. Ante este escenario he hecho lo que hice toda la vida, rio alto y revuelto, pescar a lombriz, o como he llamado toda la vida, a mioca.

DSC03304Parece que desde hace unos años o te haces mosquero o perteneces a una casta inferior. Nos gastamos un aire de superioridad basado a mi entender, en la cantidad de dinero que  hemos invertido en caña, carrete, vadeador, complementos varios, todos obviamente de marca (y cuanto más cara mejor). Este dinero de algún modo hay que compensarlo, y de manera subconsciente nos carcome las entrañas que algo tan básico como una caña, hilo, plomo y anzuelo y un bicho que podemos encontrar en la huerta pueda sacar más truchas que nosotros con nuestro carísimo equipo.

Por otro lado nos hemos convertido en paladines de la pesca sin muerte, como si la figura del mosquero fuese unido al captura y suelta, cosa que no siempre es así. Cierto que la gran mayoría de pescadores que practican el captura y suelta (yo me aventuraría a decir que más de un 90%) pertenecen al colectivo mosquero, aunque también hay bastante “depredador” y que no perdonan ni una, por mucho Simms que les adorne. Convenimos entonces en que la generalización es mala. Cierto es que, por parte de los mioqueiros se aprovecha un poco de las circunstancias especiales del río para “intentar sobrepasarse en el cupo” pero también hay gente cumplidora de las normas entre los ceberos. Otra leyenda entre los mosqueros es que el cebo natural la trucha traga muy al fondo y se le destrozan las agallas. Bueno eso será si el pescador quiere. También me tiene ocurrido de tener que desclavar ninfas en las agallas. Las técnicas no son mejores ni peores, somos los pescadores los que las hacemos buenas o malas.

 

Descripción del pecado

Básicamente, y aunque todos en alguna ocasión cuando comenzábamos hemos pescado al “quieto parado” es decir, tirar la caña en un remanso del río a esperar a que piquen, a pesar de lo que pueda parecer, la pesca a mioca es una pesca bastante técnica. Resumiendo se basa en colocar la lombriz allá donde intuimos que pueda estar aposturada una trucha a la espera de comida; ¿acaso si hago una descripción de la ninfa a polaca o con un tándem no sería lo mismo?

DSC03306En las grandes crecidas de estos días con los ríos por los prados, buscaremos esos remansos donde las raíces de los árboles rompen la fuerte corriente y crean zonas de depósito de aluviones, entre este material que transporta el río, aportará anélidos, que con la lluvia han salido a la superficie y se han visto arrastrados por el agua hacia los cauces . Ayudados por unos plomos que nos permitan controlar la línea depositaremos el cebo que iremos guiando al son que nos marque los remolinos de agua, buscando esas zonas de depósito, e iremos guiando nuestra línea intentando adaptarnos a las distintas venas de agua para dejar que la mioca sea vista por la trucha y esta la coma. En ese momento vamos a sentir un toc, toc que recorrerá todo nuestro cuerpo, muy bien definida por nuestros vecinos franceses que la denominan pêche au toc. Después de tantos años soy incapaz de decir si se siente en el dedo, la mano en la cabeza o donde, lo cierto es que esa sensación de cuando pica un pez es muy, pero que muy plausible.

Cuando el río baja un poco, seguiremos las líneas de corriente, intentando lanzar el cebo más hacia el medio del río y haremos correr el cebo ayudados por el empuje de la corriente sobre el hilo. Fundamental el control que aportemos a la línea, ni mucho para que tense y nos eleve el cebo, ni poca para que no camine éste y se nos enrede en cualquier parte del fondo. Y creerme que no es ni mucho menos fácil. Esto sólo lo conseguiremos perdiendo una buena cantidad de plomos y de anzuelos, es fruto de horas y mas horas de río.

Un ejercicio de añoranza

La mioca tiene para mi otro componente sentimental difícil de disociar de su práctica. Soy sin duda el mejor mosquero de mi pueblo, también el único, que todo hay que decirlo. Me siento como un pionero, y me ven como un bicho raro. Eso de meterse en el agua y subir río arriba y con ese sedal de color chillón tan grueso no es que precisamente esté bien visto por el resto de pescadores locales… Igual se puede decir de la rapala, “invento” relativamente reciente que todavía no dispone de una segunda generación de pescadores.

Con la mioca es distinto,más digámoslo así “tradicional”. Hay hasta sagas de mioqueiros, que han ido transmitiendo sus conocimientos y su saber a hijos y nietos, es un enganche intergeneracional. En mi caso concreto, es una pesca que podemos pescar a la par, en igualdad de condiciones mi padre y yo, el alumno intentando superar al maestro, y mi padre sentirse pescador de igual a igual ante el moderno de su hijo.

Es un rebuscar en el baúl de las añoranzas, de poner el cebo en esa postura o como de pequeño me aprendieron a decir, en esa “armada” donde siempre picaba la trucha o esa corriente del prado de fulanito que siempre resulta productiva a río lleno. De ver cómo va modificándose el perfil de las orillas o de cómo el rio ha erosionado ese talud que ha desecho la armada. De reencontrarme con el escenario de mi primer coto, de los lluviosos días de abril en el Navia y de aflorar en mi memoria evocaciones de los locales donde expedían los cotos frecuentado por pescadores con las botas Gaviota apoyados en la barra del bar ¡tantos recuerdos! Recuerdos con pátina de añoranza; en cambio la mosca ya lo asocio más a internet. Son muchos años ya de mioqueiro con muchas alegrías y numerosas decepciones. Y todavía los años de mosquero son todavía pocos para tener añoranzas.

viernes, 5 de abril de 2013

Sorteo cotos de reo en Asturias temporada 2013

Pues aunque no lo parezca todo tiene su fin. DSC01324
En este caso después de casi ocho meses desde que se abren los plazos para participar en los sorteos en las distintas comunidades el bombo ha dado la última vuelta por este año en el sorteo para reo en Asturias que se ha celebrado ayer

El número agraciado ha sido el 868

Con lo cual hemos finalizado por esta campaña el estar pendiente de números y de conjeturas a ver qué nos deparaba la suerte. En mi caso, números regulares que no me permiten tener más que como coto estrella La Figal en julio. En fin, otro año será…